Quisiera inaugurar mi blog, compartiendo con ustedes la vida y la contribución de un par de personajes que han sido conocidos por sus inventos y logros, si bien nuestras vidas son totalmente distintas, presentamos cualidades similares, las que me gustaría comentárselas. Partiré por un empresario japonés muy exitoso: Hiroshi Yamauchi, quien fue el tercer presidente de Nintendo desde 1949 hasta que dimitió del cargo el 31 de mayo del 2002.
Se le conoce por convertir Nintendo en la multimillonaria compañía de videojuegos reconocida mundialmente, a partir de una empresa familiar de cartas hanafuda (barajas tradicionales de naipes japoneses).
Yamauchi también fue el propietario mayoritario del equipo de béisbol Seattle Mariners durante unos años. El 2007, ocupó el 226º puesto en la lista Forbes de personas más ricas del planeta, con un patrimonio de 3.900 millones de dólares.
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Perseverancia |
Uno tendería a pensar que con toda su fortuna, solo se preocuparía de vivir la vida, o simplemente guardarla para generaciones futuras, pero ha sido todo lo contrario, Hiroshi se destaca por ser un hombre muy generoso y solidario; un ejemplo de esto es contribuir con casi la totalidad del presupuesto de construcción de un hospital para la lucha contra el cáncer en Kyoto, que acaba de abrir sus puertas hace escasos días.
Yo creo que los mayores valores que Yamauchi ha generado al mundo son, la perseverancia y la solidaridad. La primera, porque logró sacar adelante este negocio familiar, a pesar que arrastraba una serie de problemas; como que sus padres lo abandonaron cuando pequeño, además de un sin fin de fracasos en negocios.
Con esto ayudó a que el mundo de los videojuegos sea lo que es hoy en día. Por otro lado está la solidaridad, a pesar de ser uno de los hombres más ricos del mundo, no es egoísta, y si de el depende aportar un granito de arena, no lo durará.
Si bien yo no tengo su fortuna (estoy bien lejos! J), si tengo su perseverancia y solidaridad, todo lo que he hecho durante mis 21 años de vida me ha costado bastante, han habido demasiados logros, pero también un sin fin de caídas, y siempre he sabido enfrentar, con éxito, las adversidades. Volviendo a lo de la solidaridad se me viene a la mente un episodio ocurrido un par de días atrás; yo estaba en clases de Taller de Industrias, y me preguntaron ¿qué cosa me hace feliz?, inmediatamente recordé una serie de episodios: cuando estaba en el colegio he iba a visitar hogares de ancianos, colegios de escasos recursos, o niños en riesgo social, y que al final de actividad te dijeran: gracias por venir!, Lo pase muy bien!, Vuelve!; o cuando le doy el asiento el metro a alguna viejita. Me pone feliz escuchar ese gracias, soy feliz de poder ayudar a la gente que lo necesita, aunque sea con detalles, como simplemente sacarle una sonrisa.
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