viernes, 1 de octubre de 2010

¿Le tienes miedo a la soledad?

Hoy me dieron una tarea en la Universidad, que tenía relación con este tema, la idea es analizar el estar solo.A penas leí la actividad, mi mente automáticamente se trasladó al verano 2010, ya que también realicé un análisis sobre la soledad y yo. 
Debo confesar que antes yo evitaba estar sola, nunca me ha gustado, no podía concebir ir a almorzar sola, ir a un mall sola, comprarme ropa sin que nadie me dijera si me veía bien o mal, o simplemente no me gustaba quedarme en mi casa sola. Tenía demasiados prejuicios respecto al tema, por ejemplo; yo siempre decía, “pero cómo voy a ir sola!, nada que ver”, jamás se me hubiese pasado por la mente, ir a un pub o una discoteque sola!, quizás almorzar o ir a comprar sería más normal ir sola; sin embargo todas estas simples actividades casi nunca las había echo sola.
Soy hija única y solo una vez me he separado de mis padres, que fue para unas vacaciones que estuve fuera de Chile. Por lo que nunca he tenido necesidad de estar completamente sola viviendo, en la universidad siempre almorzaba con gente, y si por algún motivo nunca había nadie para ir, me ponía los audífonos y escuchaba música, cosa de no sentir que estaba sola. O cuando me tocaba quedarme sola en mi casa, prendía la radio muy fuerte, o la televisión para sentir ruidos.
Siempre fue para mí un problema estar sola, no podía entender a la gente que decía “me siento tan bien sola, porque puedo conversar conmigo mismo”.

En Enero me fui al Norte a hacer mi práctica, iba completamente sola; días antes de mi partida, me acosté en mi cama y deje que mi mente volara, me puse a pensar en que iba a ser de mi allá, iba sola, nunca había ido a Calama, no conocía a nadie allá, nunca había trabajado, no sabía donde iba a vivir, como lo iba a hacer con la comida. En fin un sinnúmero de cosas se vinieron a mi mente.
Cuando llegué allá aprendí a estar sola, e incluso le agarré el gustito, por ejemplo iba al mall sola, paseaba, “vitrineaba”, muchas veces almorcé sola, o caminaba hacia la casa sin compañía. Todo lo que pensé que me iba a complicar, no sucedió. A pesar de vivir con una amiga que me hice allá, igual estaba sola, porque ella llegaba más tarde, muchas veces me lavé la ropa, ordenaba mis cosas. Los días Viernes salía temprano del trabajo, y esperaba ese día para hacer mis cosas, aunque fuese estar toda la tarde acostada mirando el techo y pensando, no me cansaba.
No eché de menos a mis padres, ni nada en Santiago, incluso no me quería volver, más que práctica profesional, fue como práctica personal, me sirvió demasiado para conocerme, desde ese momento sé reconocer con mucha facilidad mis virtudes y mis defectos, lo que me gusta y lo que no, en fin; fue un tiempo de descubrimiento personal.
Actualmente, estar sola, ya no es un problema para mí, ayer por cosas de la vida, fui a almorzar sola, y lo hice sin audífonos, en los oídos, es tan relajante hacer cosas sola, porque uno anda a su ritmo, hace lo que le gusta, piensa lo que quiere. Eso mismo hice ayer; debatí, en mi cabeza, un par de temas que revoloteaban por mi mente, y saqué muy buenas conclusiones!. Mientras estaba sola sentía una tranquilidad enorme, no sé a que se debe J, además percibí mucha seguridad en mí, me sentía realmente cómoda en esa situación.
Como les conté anteriormente, ya no me da susto estar sola ni me incomoda, he comprendido, bien tarde (a mis 21 años), que muchas veces es súper recomendable estar sola y reflexionar, uno siente una paz interna, y una armonía, así después se tienen muchas más ganas de compartir con gente y de relacionarse mejor con ellos, porque ya partiste por mejorar tu relación contigo mismo.

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